miércoles, 28 de octubre de 2015

4 consejos para aumentar la productividad que son en realidad más falsos que Judas


La productividad es el codiciado objeto de deseo en el trabajo y también, por qué no, en lo que poco que nos queda de vida personal al salir de la oficina.

Sobre la productividad, eso tan inaprehensible que parece en realidad una suerte de entelequia, hay muchísimos consejos en la red de redes. Pero, ¿cuántos se esos consejos funcionan de verdad? Pocos, muy pocos.

Si no quiere perder el tiempo (y toneladas y toneladas de productividad) siguiendo consejos que le llevarán a ninguna parte, preste mucha atención a las bienintencionadas pero fariseas recomendaciones que The Muse “destripa” a continuación:

1. “No mire su email nada más llegar a la oficina por la mañana”

Este consejo suena a priori estupendo. Al fin y al cabo, leer y responder a las decenas de emails que se amontonan en nuestra bandeja de entrada puede llegar a devorar una mañana entera de trabajo. Sin embargo, hay industrias en las que es difícil ignorar lo que se cuece en nuestra bandeja de entrada, ni siquiera si es tan sólo durante un par de horas. ¿La conclusión? Que este consejo tiene muy poco de realista y no se ajusta a nuestro trepidante día a día laboral.



¿Debemos arrojar entonces a la papelera este consejo? Sí, pero no. Tenemos que leer nuestro correo nada más llegar al trabajo, sí, pero debemos comprometernos a no responder a ningún email cuya contestación nos lleve más de un minuto. A veces un “sí” o “no” bastan como respuesta. Y si nos topamos con un email que escapa a nuestros cometidos profesionales, siempre podemos reenviárselo a la persona responsable.

Si hay emails que requieren respuestas más largas de un minuto, márquelos como no leídos y regrese más tarde a ellos cuando tenga más tiempo.

2. “Haga la tarea más complicada primero”

Una vez más nos damos de bruces con un consejo que sobre el papel suena de lo más razonable. ¿El problema? Que a veces la tarea más complicada es también la que engulle más tiempo. Y si no tenemos un plan detallado para enfrentarla, podemos echar a perder un día entero de trabajo.

En lugar de comenzar abordando la tarea que más dificultades entraña, debemos procurar enfrentarnos a ella en “pedacitos”. Desmenuzamos previamente en pequeños “pedacitos” esa tarea y después nos ponemos manos a la obra con cada uno de sus “pedacitos”. Suena bastante más fácil, ¿verdad?

3. “Haga una lista con todo lo que tiene que hacer”

Las listas que a priori tan útiles nos parecen son muchas veces un obstáculo cuando nos enfrentamos a nuestro día a día laboral. De hecho, pueden desconcentrarnos y acabar convirtiéndose, literalmente, en interminables.

Hacer listas no es, de todos modos, necesariamente malo. Para sacarles verdadero partido, debemos intentar escindirlas en varias y pequeñas listas que sean de verdad factibles.

5. “Deje de hacer multitasking”

El multitasking no es óbice ni mucho menos para la productividad. Hay personas que son auténticas maestras del multitasking y son capaces de lidiar con varios proyectos simultáneamente. Lejos de lo que pudiera parecer, el estrés que lleva aparejado el multitasking puede hacernos más productivos.

La clave para ser multitaskers y simultáneamente productivos es ser selectivos. ¿Por qué no aprovechar, por ejemplo, los viajes de casa al trabajo y viceversa para escuchar nuestros “podcasts” favoritos? Estaremos haciendo dos cosas a la vez sin poner necesariamente al límite a nuestras castigadas neuronas. La clave está, por lo tanto, en saber “maridar” unas tareas con otras. y bueno 
Fuente:pizza
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