3 grandes verdades creatividad

Ahí fuera hay toneladas y toneladas de consejos para poner en forma nuestra creatividad. Pero, ¿sabemos realmente lo que es la creatividad? ¿Quién tiene acceso a ella? ¿Dónde echa raíces esta codiciada cualidad?

En torno a la creatividad hay en realidad muchísimos malentendidos, que debemos deshacer de una vez por todas si queremos desbloquear nuestros “chakras” creativos. A continuación, y de la mano de Inc., ponemos al descubierto 3 verdades (que quizás no se esperaba) sobre la creatividad:

1. La creatividad es sinónimo de estar vivo

A menudo pensamos que las personas creativas son personas especiales tocadas por la varita mágica de un don reservado únicamente a unos pocos. Nada más lejos, sin embargo, de la realidad. Todos somos creativos. Si aun así le cuesta imaginarse a sí mismo como una persona creativa, atrévase a reemplazar el adjetivo “creativo” por otro quizás algo menos rimbombante: “curioso”. La creatividad empieza con la curiosidad, por lo que si se deja llevar por la persona curiosa que lleva dentro, terminará siendo casi con toda seguridad una persona más creativa. Recuerde que la creatividad habita dentro de todos nosotros.

2. La frustración es parte del proceso

Puede que se niegue a pensar en sí mismo como una persona creativa porque, cada vez que tiene que lidiar con proyectos nuevos e innovadores, se termina frustrando. Muchas personas creen equivocadamente que la frustración es un síntoma inequívoco de su escaso o nulo “feeling” con la creatividad. No se dan cuenta de que la frustración, los obstáculos, las inseguridades y las dificultades forman parte en realidad del proceso creativo. Para ser creativo hay que “sudar”.

3. El miedo y la creatividad son uña y carne (pero eso no es necesariamente malo)

El miedo es un ingrediente esencial en la creatividad. Por eso, algunos insisten en blindarse contra la creatividad que hay en su interior como un mecanismo de defensa contra el miedo al que saben que tendrán que enfrentarse si dan rienda suelta a su “yo” creativo. Pero, ¿hay que tener miedo realmente del miedo? El miedo forma parte de nosotros desde el principio de los tiempos y como tal es profundamente aburrido y, por lo tanto, manejable.

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