Comenzó como todo un gilipollas “Steve Jobs pero fue a mejor”, así es como describe el nuevo libro sobre la trayectoria profesional del fundador de Apple sus comienzos como hombre de negocios.
Los autores del libro ‘Becoming Steve Jobs’ Brent Schlender y Rick Tetzli sugieren en sus páginas que la imagen de Jobs como líder fue formada por “los esteoreotipos en los años 80″.
Entre la inicial ola de cobertura de la prensa y su retorno a Apple, la personalidad de Jobs y su liderazgo permanecieron imperceptibles aunque, según el libro, el fundador de Apple cambió a raíz de conocer a su mujer. Según los autores, aunque algunos elementos de liderazgo se mantuvieron, el nivel de disciplina, empatía y flexibilidad aumentaron a lo largo de los años y compensaron sus malas maneras.
El libro contiene lecciones para buenos líderes a través del análisis del auge del que ya se ha convertido en el hombre más influyente de su generación.
1. Incluso los visionarios necesitan oír verdades
Aunque Jobs actuaba frecuentemente como alguien que creía saber todo, siempre buscaba mentores de la industria tecnológica como los fundadores de Intel, Hewlett Packard, Polaroid o National Semiconductor. Algunos como Andy Grove, CEO de Intel, permaneció como unos de sus confidentes, para desesperación de éste: “Sin poder dormir pensando en si quería volver a Apple o no, Jobs llamó a Andy Grove a las 2 de la madrugada. Como la conversación se extendía y Grove quería dormir le dijo: ‘Steve, me da igual Apple. Solo decídete’.
En NeXT, la empresa de ordenadores que lanzó tras dejar Apple, Jobs no estuvo a la altura haciendo malos negocios y gritando a los ingenieros y ejecutivos. Pero también intentó ser una figura paterna, según un empleado mencionado en el libro. Organizaba picnics familiares e incluso le regaló un coche a un empleado de Pixar con la condición de que fuese seguro y le diese el visto bueno.
Al volver a Apple, recortó y reorganizó la plantilla: “Lo hago porque es mi trabajo, pero pienso que podría ser yo llegando a casa con mi mujer e hijos habiendo sido despedido o alguno de mis hijos con 20 años. Nunca antes me lo había tomado de manera tan personal”, aseguró Jobs según recoge el libro.
3. Pocos elogios a los trabajadores
“Steve no creía en las críticas”, dice un empleado. “Odiaba las formalidades, pensaba ‘Te estoy dando feedback todo el tiempo, ¿para qué quieres un informe?'”
Los elogios no tenían cabida para Jobs, sin embargo, llevaba a los mejores empleados a dar paseos, “esos paseos eran importantes, pensaba ‘Steve Jobs es una estrella’, así que ese tiempo con él era un honor”.
4. El equilibrio de su vida laboral y familiar
En sus primeros años Jobs podia pasar toda la noche trabajando, sin embargo, con su regreso a Apple estaba más centrado en lograr el equilibrio laboral y familiar.
“En vez de dejar el trabajo a los ingenieros y programadores, hacía el trabajo vía email. Así podía llegar a casa a cenar casi cada noche, pasar tiempo con sus hijos y trabajar con el ordenador por la noche”.
5. Buscar tiempo para la meditación
Muchos se preguntan cómo un hombre que abrazó el budismo podía compaginarlo con dirigir una de las mayores empresas mundiales. Continuó meditando hasta que la familia creció y después “hizo que un monje budista acudiese a su oficina una vez a la semana para aconsejarle”.
6. Abrazar la vida
Después de su primera operación en 2004, el estilo de Jobs volvió a cambiar. Tenía más prisa por conseguir productos innovadores y tenía poco tiempo y energía para ocuparse de otros negocios. Por eso él y su equipo lograron tanto en los 7 años de vida que le quedaban.
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