Fotografiar la ciudad y sus monumentos en la noche suele encerrar un problema: la diferencia en la temperatura de color de las distintas fuentes de iluminación de las aceras y los diferentes monumentos.
Esa diferencia es a veces muy sustancial ya que mientras unas luces tienen una naturaleza fluorescente que produce tonos verdosos, otras son incandescentes con diferentes tonos de amarillo y naranja. El resultado suele traducirse en fotografías de aspecto poco natural.
La imagen de la parte superior se consiguió con un doble proceso de ajuste de las dos fuentes de iluminación presentes en la escena, la de las farolas (absolutamente naranja) y la de la fachada del palacio (bastante blanca). En el vídeo a continuación se explica detalladamente cómo se consigue el resultado.
En la siguiente fotografía se puede apreciar cómo era la imagen captada originalmente por la cámara
y la imagen de debajo muestra cómo quedaba el tono del palacio cuando se equilibraba la temperatura de color para la acera. El proceso de fusión de ambas imágenes es lo que queda reflejado en el vídeo.
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